Perder peso puede ser una de las cosas más desafiantes que podemos tener en la vida. No estar cómodo con nuestro peso es algo que puede reducir nuestra autoestima y que sea muy malo tanto para nuestra salud física como mental. Es por ello que realizar todos los días un gran esfuerzo con una dieta y probarnos de las cosas que nos gustan para luego no ver resultados es algo sumamente frustrante.
Es una realidad que una dieta muy pobre en calorías, al seguirla al pie de la letra definitivamente puede ayudarnos a perder unos kilos y adelgazar, pero la verdad es que se puede convertir en una pérdida puntual, y que pasados unas semanas, volvemos a nuestro peso anterior, ¡o incluso ganemos más! Por eso el problema hay que atacar de raíz y para siempre.
Una de las claves principales es desayunar con huevos por la mañana. Con ellos además de contar con innumerables beneficios para la salud, podremos controlar con mayor facilidad el hambre durante el día por lo que nosotros manejaremos la comida y no ella a nosotros. Algo más que importante es no pasar hambre, porque de esta manera solo logramos acelerar el metabolismo y si estamos modificando constantemente con hambre lo más seguro es que haya una recaída y terminemos comiendo por montones. NO al hambre.
El picante es un factor más que trascendental, los últimos estudios arrojan que el picante acelera el metabolismo y evita los atracones y el hambre excesiva, siempre que el plato lo permita agrega un tanto de picante a tus comidas.
Aunque no lo parezca, es importante comer en platos de proporciones pequeñas, de esta manera el cerebro notará más comida y nuestro estómago se saciará más rápido. Además lo más seguro es que termines más rápido y no tengas ganas de volver a repetirte y termines por comer bocados más pequeños. Con estos pequeños hábitos perderás peso de verdad y sin dietas.