Si hay un cosmético en el que coincide toda mujer en usar siempre es el rubor. Conocido por dejar un efecto 'buena cara' al instante, sus virtudes van más allá de eso y nos aportan un aspecto saludable, intensifica nuestra belleza natural y ayuda a esculpir nuestros rasgos. El color en las mejillas siempre se ha asociado con belleza, juventud y salud, haciendo que el colorete sea uno de los productos de maquillaje más antiguos que existen.
Dependiendo del acabado que busquemos y nuestro tipo de piel, nos decantaremos por uno u otro. Al contrario de lo que podamos pensar el rubor no debe llamar la atención en el rostro, sino pasar desapercibido. Aquí te daremos algunos tips para que puedas definir si usar rubor en polvo, líquido o crema a la hora de aplicar tu maquillaje, toma nota.
Rubor en polvo
Esta es una de las opciones más tradicionales y, por ende, estamos más acostumbradas a utilizar, por lo que no guarda demasiados secretos. El rubor en polvo es el más fácil de difuminar y el más recomendable para quienes sufren de poros dilatados. Eso sí, no es el más duradero, por lo que puede que haya que reaplicarlo a las pocas horas. Si no sabemos qué tipo de piel tenemos es una de las mejores opciones. Según especialistas es el que mejor funciona para casi cualquier tipo de piel, especialmente las más tersas y con menos irregularidades.
Rubor en crema
El rubor en crema es ideal si buscas un acabado mucho más jugoso, pero duradero. El éxito del colorete en crema es su gran poder de permanencia y su acabado jugoso. Además, es muy fácil de aplicar y aporta al rostro un aspecto más fresco y juvenil. Al tener este acabado, se recomienda para todo tipo de pieles, salvo las grasas. Los exportos en maquillaje aconsejan aplicarlo con los dedos para controlar la cantidad de producto con la que trabajar y porque será mucho más fácil difuminarlo. Aunque también funciona hacerlo con una esponja ligeramente humedecida.
Rubor líquido
Debido a su formato nos hace tener que ser muy precavidos no solo a la hora de aplicarlo, sino también durante todo el tiempo que lo llevemos puesto, ya que si nos rozamos un poco puede acabar por toda la cara. Esta fórmula de rubor líquido es la que mejor se funde con la piel y la que mejor permite combinar diferentes tonos, pero ojo, esa ligereza en su textura también puede facilitar que el colorete se desplace. Su aplicación no puede ser más sencilla: depositar una gota en cada mejilla -ojo con pasarse que, aunque no lo parezca, las fórmulas líquidas pigmentan mucho- y difuminar hasta conseguir la intensidad deseada.