Muchas veces nos sucede que cuando nos lavamos el pelo con el paso de las horas comenzamos a verlo sucio nuevamente. O se engrasa rápidamente o se pone quebradizo o cuenta con un aspecto seco y desprolijo. Seguramente esto sucede porque no lo estás lavando de la manera correcta.
Existen ciertos tips que tenemos que tener en cuenta mientras lo lavamos para evitar cualquier de estos problemas mencionados anteriormente. Caso contrario nunca lograremos que luzca de la manera adecuada y por más de que lo lavemos todos los días por largo ratos siempre volveremos al mismo lugar.
Aunque no lo creas, el lavado del cabello comienza antes del mismo lavado ¿Cómo es esto? Fácil, primero debes peinarlo en seco antes de mojarlo. Desenrédalo por largo rato hasta que quede bien libre y prolijo, de esta manera los productos actuarán de mejor manera mientras lo lavemos en la ducha. Tómate tu tiempo, sin prisa y con calma para peinarlo antes de la ducha.
Por supuesto que el shampoo que utilizamos es trascendental. Como lo afirma la famosa dermatóloga Andrea Combalia: "Los champús contienen unas sustancias llamadas surfactantes o tensoactivos que favorecen la separación del sebo del pelo, lo atrapan y luego lo eliminan con el aclarado. Además, llevan sustancias espumantes, activos hidratantes y perfumes y, según necesidades, ciertos ingredientes como los seborreguladores, los antibacterianos y los fúngicos, para tratar ciertas patologías" no escojas cualquier sino los que cuenten con estos productos.
El punto más importante es el lavado en sí: "El producto no se aplica en la cabeza directamente, hay que emulsionar bien en las manos antes para poder distribuirlo de forma homogénea" Afirma Óscar Sánchez de la marca Davines. Finalmente “se empieza repartiendo el producto por la zona de la raíz y se continúa frotando por la zona de la nuca, la coronilla y, finalmente, pero no menos importante, detrás de las orejas. Una vez finalizado el primer enjabonado, se aclara el cabello con agua caliente" concluye el profesional.