Cuando sentimos que tenemos algún kilo de más y nos proponemos perderlo rápidamente sabemos que estamos ante una tarea algo compleja. Es una realidad que bajar de peso tiene un alto contenido psicológico el cual tenemos que superar para lograr ese objetivo que nos ponemos. Allí es cuando comienzan las dietas duras y complejas y con el tiempo solemos abandonar lo que inmediatamente lleva a la frustración y quizá a la suba de peso.
Seguir dietas milagrosas, hacer ayunos prolongados o machacarse en el gimnasio son esfuerzos casi inútiles si no se incorporan ciertos hábitos diarios. Es en allí cuando podemos modificar ciertos hábitos en la mañana que harán que vayas perdiendo peso paulatinamente sin tener que modificar tu manera de comer o de vivir de un modo doloroso y con sufrimiento.
Partamos de la base que por supuesto tenemos que tener una alimentación sana y equilibrada, los atracones nocturnos y la comida chatarra deben ser eliminados porque no habrá truco mágico que valga para la pérdida de peso. El sencillo truco que debemos realizar apenas nos levantamos de la cama es abrir de par en par las cortinas y dejarnos bañar por toda la luz de sol posible. La misma invadirá nuestro cuerpo con Vitamina D que es lo mejor que le podemos ofrecer al cuerpo apenas comienza el día.
Según investigaciones científicas la exposición a la luz en ciertos momentos del día, incluso a niveles moderados, puede ayudarnos a bajar esos kilos de más y prevenir que vuelva a hacer acto de presencia. Se realizó otro estudio en el que se se analizaron a 218 mujeres obesas y con sobrepeso. Unas consumieron suplementos de vitamina D y tan solo un placebo en el transcurso de un año.
Al final de esos 12 meses, todas las mujeres que tomaron el suplemento de vitamina D perdieron 3,2 kg más, de media, que el resto. Esto comprueba el hecho de que el recibir rayos de sol diariamente colabora con el metabolismo y por ende a perder peso.