El retinol, también llamado vitamina A1, es una vitamina liposoluble de la familia de la vitamina A que se encuentra en los alimentos y se usa como suplemento dietético. Como suplemento se usa para tratar y prevenir la deficiencia de vitamina A, especialmente la que resulta en xeroftalmía.
Recientemente se descubrió una novedosa técnica para aplicar el retinol en el rostro para evitar la irritación. Se trata de la “técnica del sándwich”, la cual es perfecta para aplicar retinol en aquellas pieles sensibles. En estas pieles existe más sensibilidad a los eritemas, picor y descamación. Es frecuente que la intolerancia a la sustacia del retinol en estas pieles se manifieste con quemazón, escozor o ardor tras la aplicación.
La técnica simula las capas de un sandwich, un layering cosmético que pretende amortiguar la irritación del activo, “envolviéndolo” entre productos hidratantes, sin que se vea alterada la acción del retinol. Es una técnica perfecta para iniciarse en la retinización, ya que la misma ayuda a mejorar la tolerancia del ingrediente en la piel, se seca menos y el efecto, a medida que vaya utilizándose con más frecuencia, irá aumentando mientras que vayas disminuyendo este “sandwich” hidratante.
Se recomienda practicar esta técnica durante las 2 primeras semanas de comenzar a utilizar retinol, tras las cuales ya podría utilizarse sólo o con una crema hidratante posterior al retinol, aplicada unos 10 o 15 minutos después. Siempre recuerda consultar previamente con un médico o especialista de confianza antes de iniciar cualquier rutina diaria de cosmética. También es importante que apliques productos que hayan sido testeados dermatológicamente para evitar cualquier daño o alergia en la piel.
Se ha comprobado que, frente a las arrugas, el retinol inhibe la colagenasa e impide la degradación del colágeno tipo I. Pero además, induce el aumento del volumen epidérmico mientras que retexturiza la piel, afinando la superficie del estrato córneo. Incluso tiene efectos despigmentantes.