El azúcar es un endulzante que usamos de manera habitual. Esta proporciona el sabor dulce cuando se agregan a los alimentos; conservan la frescura y calidad del producto; actúan como conservantes en las mermeladas y gelatinas; mejoran el sabor en las carnes procesadas; proporcionan fermentación para los panes y pepinillos; le agregan volumen a los helados y le dan cuerpo a las bebidas carbonatadas.
Lo cierto es que no es recomendable el consumo excesivo de este endulzante ya que puede contribuir al exceso de peso en niños y adultos, y con la obesidad, se incrementa el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, síndrome metabólico y presión arterial alta, entre otras patologías. Es por eso que debemos cuidarnos.
Entre los distintos tipos de azúcar que podemos conseguir en el marcado, la menos perjudicial es el azúcar moreno. Un estudio realizado por el gobierno de México reveló que a nivel nutricional ambos azúcares están compuestos en el 85 % o más por sacarosa y ambos aportan 4 calorías por cada gramo.
El azúcar moreno, por estar menos procesado, mantiene mejor sus nutrientes y gracias a su alta composición en melaza, aporta vitaminas del grupo B y minerales como el calcio, el potasio, el magnesio y el sodio a diferencia del azúcar blanco, aunque este sea más común y fácil de conseguir.
Según la Asociación Americana del Corazón recomienda limitar la cantidad de azúcares agregados en la alimentación. Las mujeres no deben obtener más de 100 calorías por día provenientes del azúcar agregado, aproximadamente seis cucharaditas o 25 gramos de azúcar. Los hombres no deben obtener más de 150 calorías por día provenientes del azúcar agregado, aproximadamente nueve cucharaditas o 36 gramos de azúcar.