Ya está casi todo inventado y no hay que recurrir a expertos economistas o a complicados algoritmos a la hora de reducir la factura de la compra o los gastos en la cocina. Solo un poco de sentido común y recurrir a los trucos tradicionales.Y lo mejor es que no solo ahorraremos dinero; también tiempo, algo de lo que siempre vamos escasas.
Hay algunas preparaciones básicas que te servirán de base en la cocina para cualquier plato más adelante. Por ejemplo, lava, trocea y congela cebolla y pimiento; haz caldo de pollo y congélalo en botes de cristal, fiambreras o bolsas herméticas.Además revisa tu despensa una vez a la semana. Coloca delante los alimentos que se tienen que gastar antes y al fondo los más nuevos. Ordena las estanterías por grupos de alimentos y así te será más fácil encontrar todo y controlar qué tienes y qué te falta.
Tener ordenado el frigorífico también importante para optimizar los gastos de tu cocina. Y cada cosa en su sitio. Recuerda sacar la fruta de sus bolsas de plástico, para que las piezas respiren y aguanten más. Y la carne mejor en un recipiente con rejilla. Por otro lado opta por comprar productos de temporada que son los más económicos
Muchas veces tiramos partes de las verduras que nos sirven perfectamente. Por ejemplo, los troncos de las alcachofas si los pelas bien y los hierves son muy ricos; con las hojas exteriores del brócoli y la coliflor puedes preparar caldo y si te sobran verduras haz crema y guárdala en recipientes individuales. También al pan que sobra, si añades ajo, aceite y vino blanco, nos saldrá una riquísima sopa, unas migas o unas torrijas. Y?si no, siempre puedes rallarlo y utilizarlo para empanar. O freírlo como picatostes para añadirlos luego a alguna crema. Estos consejos ayudarán a que la economía de tu cocina no sea un problema.
Una opción es tener en la cocina una maceta con perejil (albahaca, tomillo…), pero si no puedes, te damos un truco para aprovechar el que compras en manojos o te dan en la frutería. Si ves que ya amarillea, pícalo, ponlo en una cubitera y cúbrelo con aceite. Después congélalo y cuando lo necesites solo tienes que ponerlo directamente en la sartén o la olla. Eso te vale para cualquier hierba aromática.