No existen dudas de que uno de los pasatiempos preferidos de varias personas es la lectura. Los libros tienen la posibilidad de abrir nuestra imaginación y alimentar nuestro intelecto. No importa si es sobre ciencia ficción, una historia romántica o sobre las travesuras de algún personaje animado, un libro es siempre una buena opción para pasar el tiempo.
Recientemente, un estudio realizado por Emanuele Castano, de la Universidad de Trento y el Consejo Nacional de Investigación de Italia, asegura que dependiendo del tipo de género literario que lea una persona, esta podrá desarrollar ciertas habilidades cognitivas superiores que el resto de las personas.
“El efecto de la exposición a la ficción sobre la complejidad atribucional, el sesgo egocéntrico y la precisión en la percepción social”, asegura Emanuele Castano. Aquellas personas que leen libros del género de ficción desarrollarán su cognición social de diferentes maneras, ya que se asociará con una mayor complejidad atribucional y precisión en la predicción de actitudes sociales.
Sin embargo, el estudio realiza una pequeña diferencia entre ficción literaria y ficción popular. La ficción literaria es activa porque hace que los lectores produzcan sus propias perspectivas al involucrar a varios personajes complejos, mientras que la ficción popular es pasiva debido a que proporciona de antemano significados para los lectores y se preocupa más por la trama que los personajes. Algunas obras de esta categoría son “1984” de George Orwell, “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury y “La guerra de los mundos” de H. G. Wells.
Por otro lado, la ficción popular es más pasiva debido a que proporciona de antemano significados para los lectores y se preocupa más por la trama que los personajes. Ejemplos de este tipo de ficción son: “Dune” de Frank Herbert (la cual se ha vuelto muy popular últimamente por la película homónima de Denis Villenueve), “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry y “El código Da Vinci” de Dan Brown.