El bicarbonato de sodio es un compuesto sólido cristalino de color blanco soluble en agua, con un ligero sabor alcalino parecido al del carbonato de sodio, de fórmula NaHCO3. El bicarbonato se puede encontrar como mineral en la naturaleza, pero también se lo puede producir artificialmente.?
Actualmente al bicarbonato de sodio se le atribuyen beneficios medicinales gracias a sus propiedades y su incidencia en el organismo. Por ejemplo, este producto es un antiácido muy usado para aliviar la acidez estomacal y la indigestión ácida. Incluso algunos médicos lo prescriben para disminuir los niveles de acidez de la sangre u orina.
Además de ayudar a aliviar la acidez estomacal, que es el uso que más se le da; el bicarbonato también puede contribuir a aliviar la picazón y el dolor en casos de urticaria, picor, picaduras y mordeduras. Pero, a pesar de estos beneficios, no es recomendable utilizar el bicarbonato de sodio por más de dos semanas a menos que el médico así lo indique y no se debe suministrar a niños menores de 12 años de edad.
También se recomienda en varias ocasiones usar bicarbonato de sodio para tratar problemas bucales. Se habla de su uso como blanqueador, pero los propios odontólogos no son muy partidarios de esta posibilidad debido a que puede ser abrasivo y afectar el esmalte de los dientes.
A pesar de todos estos usos “mágicos”, es importante que sepas que el bicarbonato de sodio puede generar o provocar diversos efectos secundarios en el cuerpo, tales como cefalea severa (dolor de cabeza), malestar estomacal, vómitos con un material parecido a los granos de café, pérdida del apetito, irritabilidad, debilidad, necesidad de orinar con frecuencia, respiración más lenta que lo usual, inflamación de los pies o piernas, heces con sangre o negras y sangre en la orina. Es por estas razones y muchas más que te recomendamos consultar el consumo del bicarbonato de sodio previamente con tu médico o especialista de confianza.