Las frutas siempre están presentes en nuestra alimentación. Ya sea que las consumamos después de alguna comida o como colación, las mismas nos aportan diversos nutrientes y vitaminas que nuestro cuerpo necesita. Además, consumir diariamente frutas y verduras ayuda a prevenir la diabetes, el sobrepeso, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer
Las frutas y los jugos naturales de las mismas contienen agua, potasio y azúcares naturales, lo cual las convierte en una opción saludable para reponer líquidos y sales minerales que el cuerpo ha perdido. Además, debido a su bajo aporte calórico, ayudan a mantener el peso ideal y son fuente de fibra, importantes para regular la función intestinal y contribuir a evitar el estreñimiento.
Pero, a pesar de todo esto, existen frutas que deben consumirse con moderación para disminuir los niveles de azúcar en la sangre, los cuales, también pueden hacer que una persona suba de peso si se excede en su consumo. También existen otras que así se ingieran en la noche, cuando el metabolismo actúa con más lentitud, no inflamarán el estómago ni se añadirá peso al cuerpo.
Los frutos rojos ayudan a bajar de peso por su bajo contenido calórico como, por ejemplo, los arándanos, las cerezas, las frambuesas, las moras y las fresas. Por otro lado, el melón es una de las frutas más utilizadas en las dietas que buscan perder peso en poco tiempo ya que es una fruta que tiene más de un 90 % de contenido de agua, así como potasio, magnesio, calcio y hierro.
La manzana es una de las pocas frutas que produce en el cuerpo una sensación de estar saciado, por lo que disminuye el consumo de más alimentos. Esta saciedad se genera gracias a la pectina, una sustancia que se encuentra en la pulpa de la misma. Por último, el kiwi tiene un nivel calórico bajo y su porcentaje de agua es muy alto, por lo que tiene un efecto diurético natural para la eliminación de grasas y toxinas, además de proporcionar sensación de saciedad gracias a la fibra soluble que contiene.