Las ceramidas son lípidos intercelulares que se pueden encontrar en nuestra propia piel y tienen la función de unir las células para evitar la sequedad de los tejidos. Cuando los niveles de ceramidas son bajos, la barrera de la piel se debilita, permitiendo que la hidratación se escape de la piel y esta se vuelva seca, reactiva o irritada.
Es por esta razón que es muy importante aplicar ceramidas a diario directamente en la piel para ayudar a restaurar la barrera y mantener su hidratación. Las principales propiedades cosméticas de las ceramidas son antiinflamatorias, humectantes, emolientes y regeneradoras.
Además, las ceramidas ayudan a proteger e hidratar la piel. De hecho, las personas con eccema o psoriasis tienen menos ceramidas en la piel. Sin embargo, al añadir esta sustancia de manera habitual en la piel, podemos fortalecer nuestra barrera protectora cutánea y mejorar la retención de humedad.
Las ceramidas también ayudan a prevenir el envejecimiento de la piel Sin la suficiente humedad y sin una capa protectora que defienda la piel de factores ambientales adversos, ésta se deteriora con rapidez, dando lugar a una piel seca y madura. Por eso, las ceramidas actúan para evitar la aparición de arrugas, líneas finas o patas de gallo, que nos dejarían un aspecto apagado y deteriorado.
Recientemente salió al mercado una nueva línea de la marca norteamericana que contiene ceramidas en su fórmula. Se trata de la firma Elizabeth Arden, la cual busca con el producto Advanced Ceramide brindar un "cómodo tratamiento que ayuda a disminuir las líneas de expresión" para comenzar el día. Y para cerrar el día, está la versión de noche de la misma línea, que complementa el producto anterior y ayudará mantener el rostro hidratado. Si lo deseas, para mejorar los resultados deseados se pueden combinar las ceramidas con otros ingredientes antiedad como antioxidantes, péptidos de colágeno o retinol.