Más de una vez hemos escuchado que las esponjas para lavar los platos juntan bacterias y podrían causar enfermedades. las esponjas son uno de los elementos más usados en Europa para limpiar la vajilla. Ahora, la ciencia tiene una respuesta concreta para evitar riesgos y una posible solución.
Nofima es un instituto noruego de investigación alimentaria que se tomó muy en serio la investigación para saber qué tan seguras son las esponjas para lavar los platos. La primera conclusión es que las esponjas generan muchas bacterias. La razón es que la humedad que tienen tarda mucho tiempo en secarse, generando un caldo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias.
Uno de los mayores temores con la proliferación es la posibilidad de contraer salmonela. Para esclarecer esta posibilidad, los científicos hicieron una prueba con el uso de esponjas en 20 países de Europa y determinaron que el tiempo de “secado” para estos elementos no es suficiente para quedar exentos de bacterias. Tampoco es una gran solución poner a hervir las esponjas.
La información reunida por los científicos fue contrastada con otro tipo de elemento que se utiliza para limpiar los platos, sobre todo en Noruega. Hablamos del cepillo, un utensilio no tan popular en otras zonas. En comparación, el cepillo genera menos bacterias que la esponja. La respuesta es simple, el cepillo se seca con mayor rapidez.
Entonces, la conclusión es que las esponjas para lavar los platos son riesgosas por la cantidad de bacterias que reúnen. Pero no hay que alarmarse porque hay soluciones para evitar enfermedades. Una solución es, como adelantamos, pasar al uso del cepillo. Otra opción es asegurarnos de que el recambio de la esponja será periódico y que no se dejarán pasar más de 10 días para descartarla.