Realizar un contorneado es una tarea sumamente complicada cuando necesitamos estar despampanantes en algún evento o simplemente para ir a trabajar. Notamos como en las modelos profesionales estas técnicas quedan sumamente increíbles pero no debemos dejar de recordar que hay un equipo de 3 o 4 profesionales detrás de esos complejos maquillajes.
El “contouring” es una técnica sumamente compleja que sin el trabajo adecuado puede terminar increíblemente mal. Porque no es lo mismo como se verá el contorno que se realiza con la iluminación de un estudio de modelos con la luz justa, que con la luz de tu oficina que no es justamente la más favorecedora, es por ello que debemos tener mucho cuidado al realizar este trabajo.
El tono que elegimos será indispensable para un resultado correcto. Debemos encontrar el punto justo entre los tonos más fríos y los más cálidos para que se acoplen correctamente a nuestro rostro. Si buscas definición aplica tonos fríos, en cambio si buscas más calidez por el sol, busca tonos más cálidos y suaves.
Otro punto sumamente importante del contouring es la textura de los productos que utilizaremos. Esto depende estrechamente de tu tipo de piel. En crema es mejor para alguien con una tez normal a seca y en polvo es ideal para alguien con una tez normal a grasa. Y otro punto importante serán las herramientas con las que aplicaremos estas texturas. Se recomienda una brocha punteada pequeña como herramienta por excelencia, esta debería ser tu primera opción para las cremas, y una brocha cónica
suave para los polvos.
Al momento de realizar tu contouring nunca debes realizar líneas amplias en el rostro, debemos utilizar una pequeña cantidad de producto al realizar el contorno, así que debemos tocar en pequeños puntos de la cara al momento de hacer el trabajo. Queda el toque final que es muy importante. Ahora debes adornar la parte superior de los pómulos y la pinta de la naríz para intensificar la luz y generar ese efecto de contouring que tanto buscas.