No hay mejor carta de presentación que una buena, linda y amplia sonrisa. Si esa boca luce bien, todo indica que el resto irá bien. Pero tener los dientes demasiado amarillos nos puede jugar en contra. Por esta razón, reunimos 5 trucos caseros para mantener los dientes blancos y con ingredientes naturales que puedes encontrar en casa.
1- Bicarbonato y jengibre
Uno de las ideas simples para ayudar a blanquear los dientes es crear una pasta. En este caso, vamos a combinar bicarbonato y jengibre. La pasta que consigas servirá como exfoliante y ayudará a sacar las micropartículas de sarro amarillento que se juntan en la dentadura. Esta receta casera es muy efectiva, pero debes aplicarla con cuidado: no más de dos veces por semana.
2- Fresas y sal
Las fresas no solamente son muy sabrosas y una de las frutas preferidas del verano, también se pueden combinar con sal y se convierten en otro buen exfoliante para los 5- Vinagre de manzana. La receta es la siguiente: cada 3 fresas, una pizca de sal. Se aplastan las fresas y se mezcla hasta conseguir una pasta. Como máximo, se puede aplicar 3 veces por semana.
3- Agua oxigenada y bicarbonato de sodio
Esta es una mezcla más conocida, pero al igual que con las recetas anteriores, o hay que tener cuidado en no excederse en su uso. En este caso se puede utilizar como un reemplazo de la pasta de dientes usual. Pero atención, si usamos esta pasta de agua oxigenada y bicarbonato por 5 días, no debemos repetir hasta que hayan pasado 6 meses. Es como hacer una limpieza en el 5- Vinagre de manzana.
4- Cáscara de plátano
La cáscara del plátano tiene muchas propiedades desconocidas. Una de ellas es que es muy para conseguir dientes más blancos. Puedes frotar la parte interior de la cáscara durante unos dos minutos sobre tus dientes. El plátano es rico en potasio, magnesio, manganeso y otros minerales que ayudan al blanqueamiento.
5- Vinagre de manzana
El uso del vinagre de manzana potenciará el efecto de nuestra pasta de dientes. La idea es hacer unas gárgaras con el vinagre diluido agua. La proporción es una parte de vinagre por tres de agua. En este caso no hay contraindicaciones, pero nunca conviene abusar de los elementos que pueden afectar el esmalte de los dientes.