Tal vez te preguntes por qué leer un artículo sobre cómo guardar los tomates en la nevera, pero hay trucos que te pueden sorprender. Los tomates tienen un tiempo de maduración y refrigerarlos antes de tiempo puede afectar su sabor. Por eso, te damos algunos consejos para saber cuándo es el momento de llevar esos sabrosos tomates a la nevera.
En verano, los tomates abundan en sabor y color en los mercados. Si tienes huerto en casa, es posible que, si plantaste la semilla con anticipación, puedas empezar a ver los primeros frutos. Este producto es de los más utilizados en el mundo y sus variedades se cuentas de a centenas. Pero, para disfrutar de un buen plato de tomates, hay que saber cuál es su punto justo para el consumo.
Es probable, muchos lo hemos hecho así, que guardes los tomates en la nevera apenas llegas del mercado. Sin embargo, es preciso que sepas que los tomates se cortan de la planta antes de su punto de maduración y lo recomendable sería que los dejes uno o dos días afuera, para que continúen con ese proceso. Entonces, tal como sucede con otros productos, como el aguacate, es mejor que no vayan directo a la nevera.
El mayor problema de llevar los tomates a la nevera es que cortamos su punto de maduración, por lo que, si pasan unos días refrigerados y los sacamos para preparar una ensalada, no tendrán esa intensidad de sabor deseada. Tampoco alcanzarán la textura adecuara para ser consumidos en fresco. Pero claro, si pides en el mercado tomates más maduros, es necesario que sea refrigerados para que no se pasen.
Ahora bien, este es el último truco que debes saber para llevar los tomates a la nevera. Como dijimos, si pides tomates maduros en el mercado para luego refrigerar, busca los que aún conserven el cabito. Esta extensión que los unía a la planta puede retrasar el proceso de maduración cuando están en la nevera. Además, los protege de bacterias.