El acné es un enemigo del rostro y de la figura por naturaleza y además es degenerativo de la piel, ya que la descompensa y la deja sin vida, sin brillo y muchas veces con lesiones o manchas que son difíciles de tratar. Si has pasado por este proceso y has consultado con profesionales de la dermatología sin resultados, es hora de probar con nuevas terapias.
Estudios científicos sugieren que el acné puede darse en la piel con más facilidad si las personas sufren de depresión, ansiedad, nervios y estrés y esto es porque las emociones están profundamente ligadas con las respuestas que ofrece a ellas el organismo y por supuesto con la piel.
Cuando el estrés es agobiante la respuesta de la dermis puede ser disparar los niveles de una hormona llamada cortisol que produce mayores cantidades de grasa y como resultado puede inflamar la piel y causar algunos tipos de infecciones. El acné es ni más ni menos que una respuesta del organismo y un pedido de ayuda.
¿Qué hacer para controlar el acné?
La doctora Amy Wechsler, dermatóloga y psiquiatra de Nueva York ha explicado: “Todo esto nos lleva a que tratar tu piel podría ayudar a tu salud mental, y tratar tu salud mental podría ayudar a tu piel", y por este motivo la profesional recomienda acudir a terapia para poder empezar a tratar el estrés que provoca el acné.
Los ejercicios de relajación, la meditación, el yoga, la natación puede ayudar a aliviar el estrés y por lo tanto la producción de cortisol. Sin embargo un psicólogo te dará respuestas certeras que te ayuden a gestionar de una manera más sana tus emociones y en consecuencia a mejorar el acné que se produce en tu piel.