Todos sabemos que los leones son animales feroces que atacan sin piedad a sus víctimas con la única finalidad de poder consumir su carne. Pueden darse banquetes de días hasta no dejar ni un gramo y que solo queden los huesos como evidencia. Solo se alimentan de ello y no ingieren ningún otro tipo de alimento, eso y agua, nada más pasa por el sistema digestivo de estos majestuosos animales.
En base a ello es que Mikhaila Peterson desarrolló la Dieta del León como un tratamiento para ayudarla a superar numerosas dolencias crónicas. Su padre, el popular psicólogo estadounidense Jordan Peterson, la probó, vio resultados y comenzó a popularizarla.
La Dieta del León, como se puede sobreentender, es una dieta de 30 días – realmente se puede alargar todo lo que se quiera – que se centra únicamente en la carne, que es el principal y casi único alimento de los leones. Pero no vale cualquier carne: solamente vale la de animales rumiantes como la ternera, la cabra, el toro o el cordero. A estas piezas solamente se le puede incorporar sal y agua.
Entre los muchos beneficios que brinda esta dieta se encuentra Ayudar a reducir el peso: eliminar la principal fuente de energía hará que el cuerpo tenga que tirar de grasa más rápido, sobre todo a corto plazo. Mejor control del azúcar en sangre: al reducir la ingesta de carbohidratos, los niveles de azúcar en sangre se mantienen más estables y se reduce el riesgo de diabetes de tipo 2. Mejora la salud intestinal: está demostrado que las dietas pobres en carbohidratos favorecen el microbioma intestinal, de forma que se reduce la inflamación corporal.
Evidentemente todos los sistemas de las personas son distintos y cosas que funcionan para uno que luego no funcionan para otros. También están las asociaciones de los derechos animales que jamás aprobarían semejante consumo de carne animal y por último el hecho de que a muchas personas podría afectarles severamente tanto consumo de carbohidratos, pero cada uno sabe como ajustar su cuerpo a sus dietas.