Históricamente se ha concebido el hecho de que la grasa en el cuerpo es algo malo y que hay que erradicar rápidamente para transformarlo en músculo. Las personas con sobrepeso la odian y la combaten día tras día ya que en grandes cantidades solo trae problemas de salud y para circular. Pero la realidad es que las funciones de la grasa en nuestro cuerpo son tan complejas como fascinantes y son sumamente necesarias para poder llevar adelante una vida saludable y normal.
Primero es bueno saber que existen dos tipos de grasas las cuales tienen funciones completamente distintas la una de la otra. La grasa blanca es la más común y la encargada de almacenar energía. La parda, por el contrario, sirve para quemar la energía que consumimos. Por lo que ya podemos entender que existe grasa que es más que necesaria para que podamos mantenernos, primero con vida, y luego aprovechando la energía con la que contamos.
Por otro lado, es bueno saber que otra de las bondades de la grasa parda es el hecho de que se encarga de regular nuestra temperatura corporal. Sin ella nos encontraríamos con fiebre constantemente o con un frío polar corriendo por nuestras venas, por lo que ya sabes que esa grasa es más que necesaria para vivir y tener un cuerpo saludable.
Por otro lado, es importante saber que la grasa puede ser beneficiosa o perjudicial en base al sitio donde se alojan en el cuerpo. Por ejemplo, el exceso de grasa en la zona abdominal o alrededor de los órganos internos como el hígado es especialmente perjudicial, ya que puede fomentar la producción de químicos inflamatorios que aumentan el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Todo esto hace pensar que no hay que luchar con la grasa, simplemente hay que entender cómo funciona y cómo ponerla de nuestro lado como una gran aliada de nuestra salud. Caso contrario se pondrá en nuestra contra y hará estragos en nuestra cuerpo.