Una de las características principales que tienen las fiesta de fin de año además de juntarse con nuestro seres queridos es comer hasta el cansancio. Quizá no nos damos cuenta por el buen momento que estamos pasando pero de pronto notamos que hemos comido mucho más de la cuenta y además han sido alimentos muy pesados y que engordan. El problema es que no es solo una cena o una comida, el problema es que serán varios eventos e indefectiblemente es muy complejo resistirse a todos los manjares que hay.
Todo ello hace que seguramente subamos algunos kilos en la balanza y cuando pasen los eventos y los festejos sufriremos este incremento en nuestro cuerpo. Por suerte existen algunos tips y técnicas para poder perder esos kilos que hemos ganado de manera repentina pero que no son una amenaza para nuestro cuerpo ni nuestra salud.
El primer gran paso lo podemos dar en el desayuno. Un buen hábito es comenzar a consumir Kiwis, al menos dos cada día. El mismo nos dará sensación de saciedad al mismo tiempo que no brinda importantes vitaminas para tener energía a lo largo del día. También es importante mantenerse alimentado, a media mañana podemos comer al menos 2 galletas dulces y beber ½ litro de agua para mantenernos bien hidratados y que al cerebro no le den ganas de ingerir cualquier cosa.
En la comida podemos preparar un buen arroz blanco que nos alimente, nos sacie el apetito pero que no sea pesado. Esta posibilidad es sencilla y saludable en varios aspectos por lo que podríamos utilizarla como una gran aliada.
Por último las verduras siempre tienen que ser tu gran aliada. En cualquier momento debemos contar con fruta o verdura cruda o asada en un tupper, o donde podamos llevarla, para saciar el hambre repentina. Brócoli, aguacate, uvas, todo es útil para darnos un snack saludable constantemente y no recurrir a la comida chatarra.