La memoria es una facultad cognitiva fundamental que influye en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Ya sea recordar información importante en el trabajo, no olvidar fechas importantes o simplemente mantener una mente ágil y alerta.
Afortunadamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) arrojó luz sobre diversas estrategias que pueden ayudarte a mejorar y potenciarla de manera efectiva. Exploraremos tres estrategias que te permitirán fortalecer tu memoria.
Ejercicio físico
No solo beneficia al cuerpo, sino que también tiene un impacto positivo en la función cerebral. Numerosos estudios demostraron que el ejercicio aeróbico regular, como caminar, correr o nadar, puede mejorar la cognición.
Durante el ejercicio, el flujo sanguíneo se incrementa, lo que a su vez aumenta el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro. Además, estimula la liberación de sustancias químicas cerebrales, como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que favorece el crecimiento y la supervivencia de las neuronas.
No es necesario un entrenamiento extenuante; incluso actividades físicas moderadas pueden marcar la diferencia. Incluir al menos 30 minutos en tu rutina diaria puede contribuir significativamente a potenciar tu memoria a largo plazo.
Sueño de calidad
Es un componente esencial para consolidar la memoria y mejorar el proceso de aprendizaje. Durante el sueño, el cerebro procesa la información adquirida durante el día, fortaleciendo las conexiones neuronales y almacenando recuerdos de manera más efectiva. La falta puede afectar negativamente la función cognitiva.
Para mejorar tu memoria, asegúrate de dormir lo suficiente. Intenta crear un ambiente propicio para el descanso, como una habitación oscura y tranquila, y evita estimulantes como la cafeína antes de acostarte.
Alimentación equilibrada
La dieta juega un papel fundamental en la salud cerebral. Algunos nutrientes, como los ácidos grasos omega-3, los antioxidantes y las vitaminas del grupo B, se asociaron con un mejor rendimiento cognitivo y una memoria más fuerte. Los alimentos ricos en estos nutrientes incluyen pescado graso, nueces, frutas y verduras.
Además, es importante mantener un equilibrio en tu consumo de azúcares y evitar los picos de glucosa en sangre, ya que estos pueden tener un impacto negativo en la memoria a corto plazo. Opta por carbohidratos complejos, como granos enteros, para proporcionar un suministro constante de energía a tu cerebro.