El Día de Todos los Santos, que se celebra cada 1 de noviembre, es una festividad que se conmemora en muchos países, pero en España, es una ocasión especial para honrar a los difuntos y disfrutar de una variedad de dulces tradicionales que son irresistibles. Cada región tiene sus propias costumbres y recetas, y los dulces son una parte esencial de esta festividad.
Huesos de santo
Están rellenos de mazapán, con forma de cilindros blancos que se asemejan a huesos. Tradicionalmente, estos dulces se rellenan con yema de huevo, pero también existen variedades con rellenos de chocolate, crema o frutas confitadas. Esta delicia tiene su origen en el siglo XVIII y es una auténtica obra de arte culinaria.
Buñuelos de viento
Son pequeñas bolas fritas hechas de una masa suave y esponjosa. Se pueden rellenar de crema pastelera o chocolate y luego se espolvorean con azúcar glas. Son populares en toda España y se sirven como postre durante el Día de Todos los Santos. La ligereza de estos buñuelos contrasta maravillosamente con otros dulces más densos de la celebración.
Panellets
En la región de Cataluña, los Panellets son protagonistas en la celebración de Todos los Santos. Estos pequeños dulces se hacen con almendras molidas, azúcar y patata. Se decoran con piñones, coco, almendras enteras o cacao. Cada variedad tiene un sabor y una textura únicos. Son una tradición arraigada en la cultura catalana y se elaboran en casa con esmero.
Bollo de todos los santos
Es un delicioso bizcocho de origen castellano. Este bollo es esponjoso y se aromatiza con anís y limón. Por lo general, se adorna con azúcar glas y se come en rebanadas. A menudo se sirve junto con chocolate caliente o mistela (un licor dulce) durante el Día de Todos los Santos.
Calabaza de Castilla
Es un dulce típico de la región de Castilla-La Mancha. Está hecho de calabaza cocida y azúcar, y se le da forma de pequeñas calabazas reales. Estos dulces son sencillos de hacer y se sirven como postre en muchas casas de la región durante esta festividad.