Pocas personas saben que la leche de cabra contiene antioxidantes, como la vitamina A y el selenio, los cuales pueden ayudar a proteger la piel contra los daños causados por los radicales libres, lo que puede ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
Por otro lado, la miel es un humectante natural, lo que significa que puede ayudar a retener la humedad en la piel, manteniéndola suave e hidratada. Si combinamos la miel y la leche de cabra podremos obtener un producto que no solo dejará nuestra piel tersa y humectada, sino que también podremos combatir las arrugas y el acné.
¿Cómo hacer un jabón de miel y leche de cabra?
Ingredientes
- 250 gr de manteca de karité
- 1 litro de agua
- 180 gr de aceite de almendras
- 150 gr de aceite de oliva
- 70,6 gr de soda cáustica
- 181,5 gr de agua desmineralizada
- 30 gr de leche de cabra en polvo o líquida
- Esencia de jazmín
- Colorante para jabón de aceite ocre
- Colorante para jabón de aceite naranja
- Molde jabón
El primer paso consiste en colocar los 150 gramos de agua la sosa en una olla con medio litro de agua y remover para que se disuelva. En otro recipiente pon la leche de cabra en polvo o líquida y añade el resto del agua. Mezcla hasta disolver todo.
Pon en otra olla la manteca de karité, el aceite de almendras y el aceite de oliva. Calienta hasta disolver la manteca. Cuando las grasas por un lado y la sosa por otro alcancen una temperatura de 49-55º, echa la soda cáustica sobre las grasa y batiremos suavemente.
Incorpora la leche disuelta y le añadimos esencia aromática. Mezcla sin encender la batidora y separa en dos recipientes la mezcla. Pon un color de cada colorante en cada uno de los recipientes y mezcla bien. Llena los moldes y deja reposar los jabones por al menos 24 horas. Pasado ese tiempo, podrás desmoldar y cortar en trozos.