La lavanda, con su aroma encantador y propiedades versátiles, es una joya en muchos jardines. Si alguna vez has deseado tener más de estas plantas en tu rincón verde, existe un truco ingenioso que puedes emplear: el enraizamiento en agua. Este método, compartido por Germán, el apasionado creador de contenido detrás del canal de YouTube "Cosas del Jardín", ofrece una manera sencilla y efectiva de reproducir tus lavandas favoritas.
La magia comienza con esquejes de lavanda de alrededor de 20 centímetros de longitud. Opta por realizar este proceso en primavera u otoño, cuando las plantas están en un estado óptimo para el enraizamiento. Una vez tengas tus esquejes, elimina todas las hojas, ramitas y brotes del tallo para prepararlos para su nueva fase.
Sumergidos en un cambio transformador
El siguiente paso implica colocar estos esquejes de lavanda en un frasco o recipiente con agua. Aquí es donde la naturaleza hace su magia. Después de aproximadamente entre 4 y 6 semanas, observarás el surgimiento de raíces, un signo claro de que tus esquejes están listos para el siguiente capítulo de su crecimiento.
Una vez que las raíces han hecho su aparición, es el momento de trasplantar tus esquejes al suelo o a macetas. Asegúrate de elegir un sustrato rico en nutrientes y manténlo húmedo. En las etapas iniciales, es crucial proteger tus pequeñas lavandas del sol directo; proporciona sombra hasta que comiencen a brotar. Con el surgimiento de los primeros brotes, podrás llevar tus nuevas plantas de lavanda a un lugar soleado para su florecimiento completo.
Este método no solo es efectivo en el jardín, sino que también puedes aplicarlo para tener pequeñas plantas de lavanda en el interior de tu hogar. Imagina disfrutar del aroma embriagador de la lavanda en cada rincón de tu casa, gracias a estas pequeñas maravillas cultivadas con tus propias manos.