La albahaca es una de las plantas aromáticas y comestibles más consumidas a nivel mundial. Además la misma es usada en muchas ocasiones para realizar rituales energéticos que pueden ayudarnos a atraer prosperidad, buenas energías y amor en nuestras vidas. Pero en el siguiente artículo nos enfocaremos en esta planta en su uso gastronómico.
3 formas eficientes de secar albahaca
Secado al natural
Uno de los métodos para secar la albahaca es el secado al natural. Es un método antiguo, pero simple. Para ello solo tienes que separar unas cuantas hojas o ramitas de albahaca y lavarlas. Luego tendrás que atarlas todas juntas para armar pequeños racimos. Evita las hojas marchitas o manchadas.
Cuelga los racimos con una cuerda o hilo y colócalos en un lugar donde circule el aire. Asegúrate de que los racimos no sean demasiado grandes para permitir una buena circulación de aire. Deja que la albahaca se seque durante unas 2 semanas. Te darás cuenta que están listas cuando se rompan ante el tacto.
Secado en horno
Otro método es el secado al horno. La misma conserva el sabor y el color de la planta. Precalienta tu horno a una temperatura baja, alrededor de 50-60°C. Lava y seca las hojas de albahaca en el horno. Intenta que las mismas no estén amontonadas. Controla que las hojas no se quemen.
Secado en Microondas
Finalmente te proponemos el secado al microondas, una técnica rápida. Sin embargo, este no es el método más indicado debido al mayor riesgo de quemar las hojas. Coloca las hojas lavadas y secas de albahaca en un plato apto para microondas y cocínalo en el microondas durante 30 segundos a potencia media.
Deja reposar las hojas durante unos 30 segundos antes de comprobar si están crujientes.