Los dientes amarillos pueden aparecer tras el consumo excesivo de té, café, vino, tabaco, e incluso también pueden surgir por una mala limpieza bucal. Es por ello que en el siguiente artículo te enseñaremos algunos métodos naturales para aclarar los dientes sin tener que recurrir a productos químicos.
Remedios naturales para el blanqueamiento de los dientes
Pasta de bicarbonato con jengibre
Una de las alternativas más naturales y saludables para volver los dientes blancos consiste en hacer una pasta de bicarbonato con jengibre. Gracias a la misma no solo exfoliarás tus dientes, sino que también retirarás las micropartículas de sarro que hacen que los dientes se vean amarillentos. No la apliques más de 2 veces por semana, porque desgastarás tus dientes, y debilitarás el esmalte de los mismos provocando sensibilidad.
Para realizar esta pasta mezcla 3 cucharadas de bicarbonato de sodio, ¼ de cucharada de jengibre en polvo y 3 gotas de aceite esencial de menta. Cuando la persona vaya a utilizarla, debe mojar el cepillo de dientes, colocar la pasta habitual y añadir la mezcla. Cepillar y enjuagar con agua.
Fresas con sal
Otra opción natural para blanquear los dientes es consumir fresas con sal. Las fresas contienen vitamina C y un tipo de ácido que ayuda a eliminar la placa dental, esta contribuye a tener los dientes blancos. Además, puede añadirse un poco de bicarbonato para blanquear los dientes más rápido.
Solo deberás mezclar 3 fresas, una pizca de sal gruesa y ½ cucharadita de bicarbonato de sodio. Debes exprimir las fresas con un tenedor hasta obtener un puré, añadir el resto de los ingredientes y mezclar hasta conseguir una pasta homogénea. Luego podrás aplicar esta mezcla en tu cepillo de dientes y cepillar los mismos durante 5 minutos. No apliques esta mezcla en tus dientes más de 3 veces por semana.
Pasta de agua oxigenada y bicarbonato de sodio
Esta última opción es quizás la más nociva de las 3, ya que si se abusa de la aplicación de la misma podrás dañar el esmalte natural de los dientes. Deberás mezclar bicarbonato con agua oxigenada hasta obtener una pasta que podrá usarse en lugar de la crema de dientes habitual. Lo ideal es usarla entre 3 y 5 días y después esperar de 3 a 6 meses para volver a utilizarla.