A la hora de retirar el maquillaje de la piel siempre recurrimos a los mismos productos: toallitas desmaquillantes o un algodón con agua micelar, pero ¿Cuál es mejor para quitar el make up?. En el siguiente artículo responderemos a este interrogante y a otros más que van surgiendo a la hora de cuidar nuestra piel.
Las toallitas desmaquillantes son fabricadas con textil sin tejer, previamente humedecido con disolventes de maquillaje, emulsionantes y solventes. Estos pañuelos constan de tensioactivos que higienizan la piel, poniendo sobre la mesa una presunta limpieza total. Sin embargo, se ha comprobado que muchas de las toallitas desmaquillantes vienen con productos químicos y tóxicos.
Si no lavas tu piel, después de haber usado las toallitas desmaquillantes, puedes generar en la piel un ambiente próspero para que aparezca acné, alergia, enrojecimiento, brotes de espinillas, puntos negros, etc. Además, el hecho de tener que arrastras o correr la suciedad o el maquillaje previo por toda la piel, no es lo más recomendable.
¿Por qué conviene desmaquillar con agua micelar?
El agua micelar consta de agua purificada combinada con elementos tensioactivos, hidratantes, astringentes y antiinflamatorios, idóneos para la higiene facial profunda. El ingrediente estrella está en las micelas con un polo lipófilo y otro hidrófilo soluble en agua. Se tratan de moléculas que recogen partículas grasas que, en el caso del cutis, se traduce en la recolección de residuos de maquillaje y de la contaminación.
Por la baja concentración de magnesio y de iones de calcio, el agua micelar es de los cosméticos más recomendados por dermatólogos para eliminar suciedad de la piel. Además es importante aclarar que las aguas purificadas disminuyen el impacto medioambiental provocado por la basura que generan las toallitas no biodegradables.
Siempre serán preferibles las soluciones micelares, pero esto tampoco quiere decir que siempre debes desmaquillarte usando este producto. Puedes intercambiar un día agua micelar, otro día alguna toalla con agua natural, etc. Lo importante es escuchar lo que te dice la piel, y recurrir a un dermatólogo ante cualquier duda o consulta.