A la hora de relajar los músculos de la cara o de producir colágeno de manera natural, lo mejor es recurrir a lo que se conoce como piedra Gua Sha, una herramienta de cuidado de la piel que posee múltiples beneficios. Sigue leyendo el siguiente artículo para conocer más acerca de este método.
Los masajes faciales sirven no solo como tratamiento para luchar contra las arrugas, sino que también ayudan a aliviar la tensión muscular que se produce en el rostro durante todo el día. Esta es una de las mejores opciones ya que se trata de una técnica eficaz e indolora, la cual permite activar la circulación sanguínea, atenuar las arrugas y dar firmeza a los tejidos. Este tipo de masajes sirve también para prevenir ciertos signos del envejecimiento como el conocido "código de barras".
¿Qué es el Gua Sha?
El Gua Sha es una técnica de terapia natural originaria de China que consiste en raspar la piel con una herramienta de jade, cuarzo u otro material similar para aliviar la tensión muscular, reducir la inflamación y mejorar la circulación sanguínea. Gua significa "raspar" y Sha "petequias", las cuales son unas pequeñas manchas planas de color rojo y morado, en chino.
El Gua Sha comenzó siendo un tratamiento que se realizaba en todo el cuerpo, pero luego se centralizó en el rostro. Actualmente son muchos los locales que venden piedras o rodillos Gua Sha, e incluso varias celebridades ya se han mostrado realizándose masajes faciales por la mañana con una piedra Gua Sha.
¿Para qué sirve la técnica Gua Sha?
Las piedras Gua Sha sirven para vigorizar el flujo sanguíneo, liberar calor-toxinas, estimular el drenaje linfático, activar varios puntos del cuerpo y traer células útiles a la zona mediante la estimulación de una respuesta inmune. A veces, esta acción provoca una decoloración de la piel, que puede tener un aspecto dramático, pero con el correr de los minutos ese color rojizo desaparece.
Para poder realizar un masaje facial con una piedra Gua Sha deberás lavar previamente el rostro, y luego puedes aplicar una crema o sérum para que la piedra resbale y se mueva mejor. Luego realiza movimientos repetitivos (siempre hacia arriba) con la piedra. Se recomienda realizar diferentes niveles de presión según la sensibilidad de la piel y el área a tratar.