En el mundo del maquillaje existen diferentes productos que pueden ayudar a realzar la belleza natural de cada persona. Dos de ellos son el corrector y el iluminador, aunque a menudo se confunden o se utilizan indistintamente. Sin embargo, es importante conocer cómo optimizar a cada uno de ellos para poder sacarles el máximo provecho.
¿Cuáles son las diferencias entre iluminador y corrector?
En primer lugar, el corrector es un producto que se utiliza para disimular imperfecciones en la piel, como manchas, ojeras, rojeces o granitos. Su función principal es neutralizar el tono en la zona donde se aplica, de forma que se consiga un aspecto más uniforme y liso. Se suele colocar antes de la base de maquillaje y se puede encontrar en diferentes tonos.
Por otro lado, el iluminador, a diferencia del corrector es un producto que se utiliza para resaltar y dar brillo a ciertas zonas del rostro. Su objetivo no es corregir imperfecciones, sino destacar las áreas que se quieren resaltar, como los pómulos, el arco de la ceja, el puente de la nariz o el centro del mentón.
Es importante tener en cuenta que el uso del iluminador no es obligatorio en un maquillaje, ya que su función es meramente estética y no afecta a la salud de la piel. Sin embargo, el corrector puede ser de gran ayuda para disimular imperfecciones que puedan afectar a la autoestima de una persona, como las ojeras o el acné.
Otra diferencia entre ambos productos es la forma de aplicación. El corrector se suele aplicar con un pincel o con el dedo, dando pequeños toques en la zona que se quiere disimular y difuminando bien para que no queden marcas. En cambio, el iluminador se aplica en las zonas que se quieren resaltar, como ya hemos mencionado, y se puede difuminar con una brocha o con los dedos para que el efecto sea más natural.