Vivimos en un mundo lleno de codicia, egoísta y sobre todo violento. La ira es un sentimiento que suele abordar nuestro corazón y llena nuestra cabeza de malos pensamientos, por lo que es sumamente indispensable erradicarla de nuestra vida para vivir unos días más tranquilos y en paz.
La meditación es una de las prácticas más sanas para nuestra cabeza y nuestro cuerpo. Cuando meditamos, nuestra cabeza queda completamente en blanco y todos los pensamientos y problemas quedan a un lado. Esto hace que tu cerebro se despeje y deje a un lado esa ira contenida que todos tenemos en nuestro día a día. Independientemente de que seamos personas tranquilas y pacíficas. El enfado y la angustia está allí casi imperceptibles, es por ello que la meditación siempre será más que útil.
Cuando una persona experimenta ira, el cerebro hace que el cuerpo libere hormonas del estrés, adrenalina y noradrenalina. Estas sustancias químicas influyen en el ritmo cardíaco y la presión arterial, lo que a la larga pasará factura a tu salud. Es por ello que te recomendamos la siguiente meditación para que tu cuerpo no pase por ese proceso.
Para esta meditación primero sacude las manos para eliminar esa energía negativa dentro de tí y relaja la mandíbula. Luego haz una respiración profunda que te traiga paz y te instale en el momento presente. Luego solo debes respirar y concentrarte en cómo ingresa y sale el aire de tu cuerpo, un consejo es posar tus manos sobre tu abdomen y sentir el movimiento.
A continuación imagina que una luz brillante y clara te rodea por todos lados, la misma es suave y te tranquiliza por completo. Si pensamientos negativos te invaden porque seguramente estás enfadado, entonces vuelve a concentrarte en tu respiración. La idea no es que niegues tus problemas sino que los observes con paz para poder mantenerte sereno en todo momento.