A medida que nos vamos poniendo viejos el cuerpo comienza a lanzar síntomas de que el cuerpo ya no es el mismo. Por diversos sectores del cuerpo empezamos a ver detalles que antes no estaban y nos avisan de que debemos tomar cartas en el asunto para no envejecer de manera prematura y que nuestra piel no es la de una muchacha de 20.
Existe un proceso en el cuerpo del que casi nadie habla y casi nadie conoce pero que es un factor más del envejecimiento de la piel. Su nombre es glicación y es algo complejo. Este es un proceso químico por el cual se unen un azúcar, como la glucosa, con una proteína o lípido, que tiene como consecuencia la formación de una molécula que resulta dañina para el organismo.
De acuerdo a los dermatólogos profesionales la glicación ocurre, sobre todo, en proteínas de vida media prolongada, como el colágeno, la elastina y la mioglobina, entre otras. Por eso se dice que la glicación es una reacción química que envejece.
Si hay una elevada cantidad de azúcar en sangre, la glucosa se pega a ciertas estructuras que pueden ser proteínas -como el colágeno en la piel- y las inhabilita. Y no sólo les impide su buen funcionamiento, sino que las torna malas o dañinas para las células. Esta unión maligna se deposita en las células, provocando daño del tejido y aumento del envejecimiento.
La alimentación es parte importante para luchar contra la glicación. Lo que consumimos está completamente ligado a este proceso químico que realiza nuestro cuerpo por lo que es muy importante tomar conciencia y comer de la mejor manera posible. El consejo final entonces es que una dieta pobre en carbohidratos, como los azúcares, harinas refinadas y multiprocesados, disminuiría la producción de la glicación y, por ende, el envejecimiento.