El matrimonio es una de las relaciones más importantes y complejas que podemos tener en la vida. Implica compartir no solo el amor, sino también los sueños, los proyectos, los problemas y las alegrías. Sin embargo, a veces puede entrar en crisis y mostrar un deterioro que no debemos ignorar. Estas son las 5 señales que deben preocuparte y que indican que es necesario buscar ayuda profesional o tomar una decisión.
Falta de comunicación
Cuando hay una buena comunicación, se pueden expresar los sentimientos, las necesidades, las opiniones y las expectativas de forma clara y respetuosa. Si en tu matrimonio hay más silencios que palabras, más reproches que elogios, más críticas que reconocimientos o más mentiras que verdades, es una de las señales de alarma que debes atender.
Pérdida de intimidad
La intimidad es otro aspecto fundamental del matrimonio, no sólo se refiere al ámbito sexual, sino también al afectivo, al emocional y al espiritual. La intimidad implica compartir momentos de calidad, de diversión, de ternura, de pasión con la pareja. También implica confiar en el otro, abrirse a sus sentimientos y apoyarse mutuamente. Cuando se pierde, se genera una sensación de vacío, de soledad, de frialdad y de desinterés. Si en tu matrimonio ya no hay besos, abrazos, caricias o miradas cómplices; si ya no hay planes en común, hobbies compartidos o proyectos ilusionantes; si ya no hay confidencias, secretos o sueños, de inmediato debes hacer algo al respecto.
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Desinterés en el crecimiento personal
El matrimonio no significa renunciar a la propia identidad, a los propios intereses o a los propios objetivos, al contrario, debe ser un espacio donde cada uno pueda desarrollarse como persona, aprender cosas nuevas, cultivar sus talentos y alcanzar sus metas. Cuando hay un desinterés en el crecimiento personal, se produce un estancamiento, una rutina y una falta de motivación.
Falta de respeto y apoyo
El respeto y el apoyo son dos valores imprescindibles para mantener un matrimonio sano y feliz. El respeto implica aceptar al otro como es, sin querer cambiarlo ni juzgarlo. Implica también valorar sus opiniones, sus decisiones y sus preferencias. El apoyo implica estar al lado del otro en las buenas y en las malas, ofrecerle ayuda cuando la necesita y celebrar sus éxitos cuando los consigue.
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Falta de compromiso y metas compartidas
El compromiso implica asumir la responsabilidad de cuidar la relación, de mantenerla viva y de mejorarla cada día, implica también ser fiel a los valores y a los principios que se han acordado con la pareja. Las metas compartidas implican tener una visión común del futuro, de lo que se quiere lograr y de cómo se quiere vivir. Si en tu matrimonio ya no hay proyectos en común, ni objetivos claros; si ya no hay cooperación, ni equidad, ni solidaridad; si ya no hay lealtad, ni fidelidad, ni confianza la solución es acudir a un profesional para que ayude a arreglar la situación.