Una de las plantas aromáticas más populares a nivel mundial es la lavanda. Cremas, perfumes, y muchos otros productos intentan replicar su aroma en cosméticos, y esto se debe a que el mismo es delicioso y relajante, entre otros beneficios. Es por ello que en el siguiente artículo te enseñaremos algunos secretos para que tu planta de lavanda luzca impecable siempre.
Consejos para cuidar tu planta de lavanda
El primer cuidado o consejo a tener en cuenta para que tu planta de lavanda crezca fuerte es su ubicación. Asegúrate de colocar la maceta o el tiesto donde crezca tu lavanda en un lugar soleado que reciba al menos 6 horas de luz directa al día. De la mano de este consejo se desprende el tema del suelo, el mismo debe estar drenado y también tiene que ser con un pH neutro o ligeramente ácido.
El riego de la lavanda debe ser moderado. La regla general para regar la lavanda es mantener el terreno siempre húmedo pero no empapado ya que puede hacerle daño a las raíces. Los riegos deben ser especialmente espaciados entre si durante los meses más fríos del año. Deberás añadir agua solamente cuando notes la superficie seca.
Por otro lado, la poda debe ser algo regular. Para asegurar un ciclo constante y equilibrado de floración de la planta, cada cierto tiempo deberás podar aquellas ramas chiquitas secas, muertas u hojas amarronadas, en especial después del verano. Si este procedimiento se realiza correctamente mejorará además la forma bushy (las plantas desarrollan múltiples ramificaciones laterales).
Por otro lado, también deberás aplicarle a tu planta de lavanda fertilizantes naturales (en lugar de los fertilizantes químicos). Puedes colocarle cáscaras de huevo, cáscaras de banana, o incluso puedes animarte a preparar compost o composta casero y añadirlo a tu planta.