La keratina se usa como un tratamiento cosmético para mejorar la apariencia y la salud del cabello, ya que lo nutre, repara, alisa y le da brillo. Sin embargo, también puede tener efectos secundarios o contraindicaciones si no se aplica correctamente o si contiene sustancias químicas dañinas. De todos modos no te preocupes que en esta nota te brindamos todos los tips.
Según algunos expertos, las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben evitar el uso de la keratina, pues puede ser un agente agresivo para ellas y sus bebés. Pero el problema no es el producto en sí, sino los componentes que se le añaden para realizar el tratamiento.
Por eso, es importante tener en cuenta lo siguiente:
La keratina que se aplique debe ser de buena calidad y no contener sustancias químicas que puedan causar alergias o irritaciones en la piel o el cuero cabelludo. No debe tener formol, un conservante que puede liberar vapores tóxicos o dañar la estructura del cabello al abrir la cutícula.
Ten en cuenta que el tratamiento debe realizarse en un lugar ventilado y con las medidas de protección adecuadas, como guantes y mascarillas y debe adaptarse al tipo y estado del cabello, pues no todas las melenas reaccionan igual a la keratina. Algunas pueden quedar demasiado lisas y otras otras pueden perder volumen o elasticidad.
El tratamiento debe seguirse de un cuidado posterior adecuado, que incluya el uso de productos sin sal ni sulfatos, que puedan eliminar la keratina del cabello. También se recomienda evitar el uso de planchas o secadores que puedan resecar o quemar la zona. Recuerda que una vez que comience el proceso debes primar la moderación, pues el exceso de keratina puede provocar el efecto contrario al deseado.