La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes en nuestro hogar, pero también puede ser uno de los que más energía consume. Existen algunos trucos sencillos que podemos implementar para reducir el consumo energético y, al mismo tiempo, contribuir al ahorro económico y a la protección del medio ambiente. Te presentamos tres consejos para ahorrar y aliviar un poco tu factura de luz.
Ajusta la temperatura adecuada
Uno de los primeros pasos para ahorrar energía en tu nevera es asegurarte de que la temperatura esté configurada correctamente. Según expertos lo recomendado para el compartimento del refrigerador es de aproximadamente 3 a 5 grados, mientras que para el congelador es de -18. Mantener la temperatura más fría de lo necesario solo aumentará el consumo de energía. Además, evita dejar la puerta abierta por períodos prolongados y asegúrate de cerrarla correctamente para evitar la fuga de aire frío.
Limpia y desempolva los serpentines
Están ubicados en la parte trasera o en la parte inferior de la nevera y son responsables de la disipación del calor generado por el compresor. Con el tiempo, estos serpentines tienden a acumular polvo y suciedad, lo que dificulta su eficiencia. Para ahorrar energía, es importante limpiarlos. Puedes hacerlo utilizando una aspiradora o un cepillo suave para eliminar el polvo acumulado. Al mantenerlos limpios, permitirás que el calor se disipe de manera más eficiente, evitando que el compresor tenga que trabajar en exceso y, por lo tanto, reduciendo el consumo de energía.
Organiza los alimentos
La forma en que organizas los alimentos en tu nevera también puede influir en el consumo de energía. Evita sobrecargarla y asegúrate de que haya suficiente espacio entre los alimentos para que el aire frío pueda circular libremente. Cuando están demasiado juntos, se ve obstaculizado, lo que dificulta el enfriamiento. Además, colocar los alimentos calientes en la nevera también puede hacer que el compresor tenga que trabajar más para enfriarlos, consumiendo más energía en el proceso. Por lo tanto, es recomendable dejar que los alimentos se enfríen a temperatura ambiente antes de colocarlos.
Implementar estos tres sencillos trucos en el uso de tu nevera te ayudará a reducir el consumo de energía y a ahorrar en tus facturas. Ajustar la temperatura adecuada, limpiar los serpentines y organizar correctamente los alimentos son medidas simples pero efectivas para mejorar la eficiencia energética.