Los huevos son una fuente concentrada de nutrientes esenciales. Contienen proteínas de alta calidad con todos los aminoácidos esenciales necesarios para la construcción y reparación de tejidos. También son ricos en vitaminas B, incluyendo vitamina B12, vitamina D, vitamina A, vitamina E y vitamina K. Además, los huevos son una fuente de minerales como el hierro, zinc y selenio.
También los huevos tienen colina, un nutriente necesario para nuestras funciones cognitivas para la memoria. Son valiosos en luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que se acumulan en la retina del ojo. Pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares relacionadas con la edad, como las cataratas. Este alimento es considerado uno de los más importante en la rutina diaria.
Estamos acostumbrados a almacenar los huevos en la nevera, pero tal vez no es la mejor opción según explican los especialistas. Estos electrodomésticos tienen un lugar especial para ponerlo como es la puerta. Pero no es lo más recomendable ya que la cáscara es una superficie porosa que puede albergar algunos microorganismos que resultan perjudiciales para nuestro organismo.
¿Dónde almacenar los huevos?
Los huevos son alimentos muy delicados y al estar abriendo y cerrando la puerta de la nevera están expuestos a cambios de temperaturas. Esto provoca que transpiren y esas gotas ingresen adentro y pueden ocasionar alguna infección como la salmonella. Tampoco hay que lavarlos ya que la esponja puede tener organismos contaminantes y no es lo más recomendable.
Hay dos opciones para almacenarlos en tu casa. Una de ellas es dentro de la nevera, pero en un lugar donde no esté cercano a la puerta para que pueda conservar la misma temperatura. También puede ser un espacio fresco y seco de tu casa. Así se evitará contraer enfermedades por la ingesta del huevo como la salmonella que provoca diarrea, fiebre y náuseas.