Lograr una manicura impecable es una tarea que muchas personas disfrutan, pero el tiempo que toma esperar a que el esmalte de uñas se seque puede resultar desafiante. Afortunadamente, existen métodos sencillos y efectivos para acelerar este proceso sin comprometer la calidad del acabado. Con solo tres elementos comunes que se encuentran en tu hogar, puedes lograr un secado exprés y sin imperfecciones para tus uñas recién pintadas.
Agua fría
Después de aplicar el esmalte, espera un minuto para que se asiente ligeramente. Luego, sumerge las uñas en un recipiente con agua fría durante unos minutos. Ayuda a solidificar el esmalte y a acelerar el proceso de secado. Una vez que estén sumergidas, podrás notar cómo la capa de esmalte se endurece y se vuelve menos propensa a sufrir marcas o abolladuras.
Secador de pelo
Ajusta el secador a la configuración de aire frío y mantén una distancia segura de tus uñas. El flujo ayuda a fijar el esmalte en su lugar y a eliminar la humedad restante. Mantén el secador en movimiento para evitar que el calor se concentre en un solo punto y cause daños. Esta técnica puede ser especialmente útil para capas gruesas o para diseños más elaborados.
Aceite de cocina
Aunque parezca sorprendente, este producto común en la cocina puede ser una solución rápida para el secado. Después de aplicar el esmalte, rocía una fina capa de aceite antiadherente sobre las uñas pintadas. Deja que repose durante un minuto y luego enjuaga con agua tibia. Además de acelerar el proceso, este método puede dejar un brillo adicional en tus manos.
Es importante recordar que, si bien estos métodos pueden ayudar a acelerar el proceso de secado, es recomendable esperar al menos unos minutos antes de realizar actividades que puedan comprometer el acabado del esmalte. Además, cuidar tus uñas y cutículas con regularidad, hidratarlas y utilizar una base y un top coat de calidad también contribuirá a mantener tu manicura en perfectas condiciones.