El cariño y la cercanía que compartimos con nuestros perros a menudo incluye gestos como dejar que nos laman la cara, una muestra de afecto que puede parecer inofensiva pero que en realidad podría tener consecuencias para nuestra salud. De acuerdo con expertos, permitir que nuestros perros nos laman la cara puede conllevar riesgos de enfermedades.
Aunque las posibilidades de enfermarnos por este gesto son bajas, existe la posibilidad de contraer enfermedades debido a la naturaleza exploratoria de los perros. Estos animales suelen lamer y explorar su entorno, incluyendo superficies y objetos que podrían contener bacterias, heces u otros elementos contaminantes. Esta conducta se traduce en la transferencia de estas sustancias a su boca, y luego a nuestra piel cuando nos lamen.
Los riesgos pueden incluir la transmisión de bacterias y parásitos que los perros pueden haber encontrado en su entorno. Además, su comportamiento de lamerse zonas íntimas y entrar en contacto con cuerpos sin vida de otros animales aumenta la probabilidad de llevar partículas potencialmente peligrosas en su saliva.
A pesar de que los casos de enfermedades transmitidas de perros a humanos a través de lametazos son poco comunes, es importante tener en cuenta estos riesgos y tomar medidas para minimizarlos. Se recomienda evitar permitir que los perros lamen la cara de personas con sistemas inmunológicos debilitados o vulnerables, como niños pequeños, ancianos o personas con condiciones médicas.
Aunque la mayoría de las veces las interacciones afectuosas entre humanos y perros son seguras y beneficiosas, es importante tener en cuenta los posibles riesgos asociados con el contacto directo de la saliva canina con nuestra piel. Mantener una higiene adecuada, lavarse las manos después de interactuar con los perros y ser consciente de los riesgos puede ayudar a disfrutar del cariño de nuestras mascotas sin poner en peligro nuestra salud.