En la búsqueda de mejorar la memoria, la conexión entre la postura corporal y la función cerebral emerge como un fascinante campo de estudio respaldado por la neurociencia. Investigaciones recientes han revelado una relación intrigante entre la forma en que nos mantenemos erguidos y nuestra capacidad para retener información.
La neurociencia respalda la idea de que tu postura corporal no solo afecta tu salud física, sino que también desempeña un papel crucial en la función cerebral, incluida la memoria. La "postura del aprendizaje" emerge como una estrategia que vale la pena explorar para mejorar tu retención de información y enriquecer tu vida cognitiva.
Con esta 4 posturas vas a poder tener mucha más memoria
El Vínculo entre la Postura y la Memoria
Según estudios de neurociencia, adoptar una postura erguida, con la columna vertebral recta y los hombros relajados, podría tener un impacto positivo en la función cerebral, incluida la memoria. Cuando mantenemos una postura correcta, permitimos una mejor circulación sanguínea y flujo de oxígeno al cerebro, lo que contribuye a una mayor agudeza mental.
La Postura del Aprendizaje
Para la neurociencia una postura específica que ha ganado atención es lo que algunos expertos llaman la "postura del aprendizaje". Esta postura implica sentarse o pararse con la espalda recta, los hombros hacia atrás y el pecho abierto. La cabeza se mantiene en una posición neutral y el mentón paralelo al suelo. Esta alineación no solo beneficia la salud física, sino que también se ha observado que influye en la atención y retención de información.
Efectos en la Función Cerebral
La ciencia detrás de esta relación se basa en la influencia de la postura en la estructura de la columna vertebral y, por ende, en la comunicación entre el cerebro y el sistema nervioso central. Una postura adecuada puede facilitar la transmisión de señales eléctricas y químicas en el cerebro, mejorando la función cognitiva y, en última instancia, la memoria.
Incorporando la Postura en la Rutina Diaria
Integrar conscientemente la "postura del aprendizaje" en tu rutina diaria podría ser un enfoque prometedor para potenciar tu memoria y tu capacidad de aprendizaje. Ya sea mientras estudias, trabajas o participas en actividades cognitivamente desafiantes, mantener una postura adecuada podría marcar la diferencia.