El árbol de jade (Crassula ovata) es una planta suculenta apreciada por su atractiva apariencia y su facilidad de cuidado. Pero, uno de los errores más comunes al cuidarla es un riego excesivo. Puede llevar al pudrimiento de las raíces y, en última instancia, al declive. Para mantenerlo sano y fuerte, es crucial saber cuándo y cuánto regar. Toma nota de la cantidad de días exactos para mantenerlo en óptimas condiciones.
Considera el clima
La frecuencia de riego de tu árbol de jade dependerá en gran medida de las condiciones en las que se encuentre. Si vive en un clima cálido y seco, es probable que necesite agua con más frecuencia que si estuviera en un entorno más fresco y húmedo. Además, las condiciones dentro de tu hogar, como la temperatura y la humedad, también influirán en la frecuencia de riego.
Prueba del dedo
Una regla general útil para determinar cuándo regar tu árbol de jade es la "prueba del dedo". Simplemente introduce tu dedo en la tierra hasta aproximadamente 2.5 cm de profundidad. Si la tierra se siente seca en este nivel, es hora de regar. Si aún está húmeda, espera unos días y vuelve a comprobar. La clave es permitir que la parte superior de la tierra se seque completamente entre riegos.
Evita el riego en exceso
Es un error común al cuidar de los árboles de jade. Estas suculentas almacenan agua en sus hojas y tallos, por lo que son resistentes a la sequía. Si las riegas con demasiada frecuencia, pueden desarrollar raíces podridas y problemas de salud. Asegúrate de que la maceta tenga un buen drenaje y no permitas que el agua se acumule en la base.
Establece un horario
Si deseas una guía más específica sobre la cantidad de días exactos entre riegos, establecer un horario regular puede ser útil. Por ejemplo, puedes regar tu árbol de jade cada 2 a 4 semanas durante la primavera y el verano cuando está en crecimiento activo. En los meses más fríos del otoño e invierno, reduce la frecuencia a cada 6 a 8 semanas, ya que la planta entra en un estado de reposo.
Observa a tu planta
Finalmente, observa a tu árbol de jade de cerca. Si notas que las hojas comienzan a arrugarse o parecen deshidratadas, es una señal de que necesita agua. Si se vuelven amarillas o se caen fácilmente, es probable que estés regando en exceso. La observación cuidadosa te ayudará a ajustar tu régimen de riego según las necesidades específicas de tu planta.