El bambú de la suerte es una planta que, según el Feng Shui, tiene el poder de atraer la energía positiva, la salud, la prosperidad y la suerte. Su nombre científico es dracaena sanderiana y es originaria de África, aunque se ha popularizado en Asia y en todo el mundo. Su crecimiento vertical representa la capacidad de superar los desafíos y avanzar en la vida. Además, es una planta muy decorativa y fácil de cuidar.
¿Qué necesitas para cuidar el bambú de la suerte?
Para cuidar el bambú, sólo necesitas un recipiente con agua, unas piedras o grava y un lugar con luz indirecta. El recipiente puede ser de vidrio, cerámica o metal, y debe tener un tamaño suficiente para que las raíces tengan espacio. Las piedras o grava sirven para sostener el tallo del bambú y evitar que se caiga. El lugar donde coloques esta planta debe ser luminoso, pero sin sol directo, ya que puede quemar las hojas.
¿Cómo cambiar el agua del bambú?
El agua del bambú debe cambiarse cada dos semanas aproximadamente, o cuando veas que se ensucia o se evapora. Es importante usar agua destilada, filtrada o hervida, ya que el agua del grifo puede contener cloro u otros químicos que dañen al espécimen. Para cambiar el agua, debes sacar con cuidado el tallo de la planta del recipiente y lavar las piedras o grava con agua limpia.
¿Cómo podar el bambú?
El bambú puede crecer mucho si se le da buenos cuidados, por lo que puede ser necesario podarlo para controlar su tamaño y forma. Para podarlo, debes usar unas tijeras limpias y afiladas y cortar el tallo por encima de un nudo, que es donde salen las hojas. Puedes cortar el tallo a la altura que quieras, pero ten en cuenta que no volverá a crecer por ese punto.
Si podas el bambú, no tires los restos, ya que puedes aprovecharlos para crear nuevas plantas. Para ello, debes cortar los trozos de tallo que tengan al menos un nudo y sumergirlos en agua hasta que les salgan raíces. Luego, puedes trasplantarlos a otro recipiente con agua o con tierra y ver cómo crecen nuevos tallos.