La ducha o el baño de inmersión es uno de los momentos preferidos de muchas personas, ya que es un tiempo en el que uno puede relajarse, higienizarse, e incluso también se puede realizar algún tratamiento de belleza o cuidado facial. La limpieza del rostro, es para muchos expertos, uno de los pasos fundamentales en una rutina de belleza.
Sin embargo, es importante destacar que la limpieza del rostro no debe realizarse con cualquier producto. Algunas personas limpian su rostro (mientras están en la ducha) con su champú, aunque esto no está recomendado. También están quienes usan gel de ducha para la limpieza facial.
¿Qué le pasa a la piel de mi rostro si la lavo con gel de ducha?
"Durante el día, se acumulan restos de contaminación, alérgenos, polvo, sudor, sebo, piel muerta, gérmenes, productos cosméticos… Y, por la noche, se puede obstruir con células muertas como consecuencia del proceso de regeneración celular, el sudor y el sebo", asegura Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
Es por ello que la profesional recomienda limpiar el rostro, pero con los productos adecuados y no con lo primero que tengamos a mano, como por ejemplo el champú o el gel de ducha.
Los tensioactivos y demás agentes lavantes que incorporan los geles de ducha pueden provocar irritaciones, sequedad o rojeces al no estar pensados para cuidar pieles sensibles, aunque sí que resulten altamente eficaces para asegurar la higiene corporal.
Los jabones corporales suelen trabajar con pH muy bajo y alteran el de la piel del rostro. En cambio, los geles de limpieza facial se formulan con un nivel de pH más suave que tiene en cuenta estas condiciones específicas.