Cuando una persona está pasando por alguna necesidad acude a los ángeles para conectar con la Divinidad que acompaña a todo ser humano desde que nace hasta que muere. La poderosa oración a San Miguel Arcángel es una herramienta espiritual para liberarnos de los vicios que nos atan y alejan de nuestro camino hacia la luz. En momentos de tentación y debilidad, recitar esta oración nos brinda fuerza y protección divina.
La presencia de los ángeles en nuestra vida es una constante fuente de guía y apoyo, especialmente en la lucha contra los vicios que amenazan nuestro bienestar y felicidad. Conectar con la Divinidad a través de la oración nos otorga el poder para superar cualquier obstáculo en nuestro camino hacia la plenitud.
San Miguel Arcángel emerge como el líder supremo en la batalla contra las fuerzas oscuras que nos impulsan hacia los vicios y las malas decisiones. Su poder y protección son una luz en la oscuridad, guiándonos hacia la libertad y la redención. La oración a San Miguel Arcángel nos brinda la oportunidad de abrir nuestro corazón y mente a su influencia purificadora y sanadora. Al recitar esta oración con fe y devoción, fortalecemos nuestro espíritu y nos liberamos de las cadenas que nos atan a los vicios.
Oración a San Miguel Arcángel
La oración dice lo siguiente:Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales".
Humildemente, te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor", continúa la oración.
Y la oración a San Miguel Arcángel finaliza: "Que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. Amén".