La soltería puede ser un estado civil ligero, divertido y muy cómodo. Las decisiones para estar sin pareja pueden ser varias, incluso muchas personas lo prefieren para nutrir su salud mental, en lugar de mantener relaciones afectivas dañinas. Pero cuando se convierte en una forma de evadir compromisos, podría tratarse del síndrome SIMON, un problema que te contamos aquí que está afectando a varios adultos.
Aunque tú puedes decidir estar soltero por cualquier motivo (desde económico hasta para pasar más tiempo contigo mismo), es importante identificar las razones por las cuales lo eliges. El síndrome SIMON nos muestra que, en ocasiones, permanecer en la soltería podría tratarse más de algunos problemas psicoemocionales que de un interés consciente por no establecer una relación afectiva.
¿Qué es el síndrome SIMON?
Antes se solía pensar que el síndrome SIMON afectaba solo a los hombres, pero poco a poco se ha comenzado a observar también una tendencia en mujeres. Se trata de una incapacidad de relacionarse con las personas por miedo al compromiso, alguna mala experiencia previa o una deficiente inteligencia emociona y responsabilidad afectiva, según comenta el psicólogo Enrique Pacheco para Aleteia.
El profesional de la salud mental menciona que el síndrome SIMON es una consecuencia del narcisismo y entre las señales principales está el miedo al compromiso, por lo que cuando una relación comienza a ser más íntima, la persona que lo padece comienza a rechazar el vínculo. Pese a que es un tema socioafectivo complejo, hay algunas maneras de prevenirlo con herramientas emocionales.
¿Cómo prevenir el síndrome SIMON?
El psicólogo Enrique Pacheco explica a Aleteia que aunque el síndrome SIMON se presenta en la adultez con la incapacidad de comprometerse en una relación estable, la prevención inicia en la infancia con una educación emocional firme. Algunas acciones que podrían evitar es conflicto es permitir que los hijos sean independientes, dejar que ellos mismos se enfrenten a la vida y los problemas cotidianos por su cuenta, pero con guía de los padres.