Cuando comenzamos a envejecer, muchas cosas cambian en la vida. Ya no soportamos la resaca después de una noche de alcohol, algunas arrugas comienzan a ser más visibles y muchos alimentos ya no los digerimos de la misma manera que cuando teníamos 20. Además, puede ser más difícil bajar de peso. Para para que no padezcas de estas últimas señales del paso del tiempo, te contamos aquí de un sencillo hábito para acelerar el metabolismo después de los 40.
¿Por qué el metabolismo es más lento con la edad?
Antes de intentar acelerar el metabolismo después de los 40, es importante saber por qué ocurre esto, aunque recuerda que cada cuerpo es distinto y lo mejor siempre es acudir con un médico que evalúe tu caso. De acuerdo con Medline Plus, si bien es verdad que el metabolismo es más lento a medida en que envejecemos, el problema está en los hábitos que tenemos, mismos que marcan el ritmo del metabolismo.
Es decir, cuando nos hacemos mayores, es común caer en hábitos pocos saludables, como la falta de ejercicio, tener una vida sedentaria, llevar una alimentación fuera de horarios (o con exceso de grasas) y rutinas de sueño desreguladas. Esto se relaciona con la desaceleración del metabolismo, un problema que puedes enfrentar si modificas tus días con un sencillo hábito que a continuación te contaremos.
Este es el sencillo hábito para acelerar el metabolismo
Como mencionamos antes, los hábitos son los principales pilares para tener un metabolismo rápido. Entre ellos, está una buena rutina de sueño que te repare del día. De acuerdo con un estudio realizado por Chih-Hao Lee para la Universidad de Harvard, una buena calidad de sueño podría estar relacionada con el equilibrio del metabolismo, así que si llegaste a los 40 o rebasas esta década, asegúrate de no desvelarte y contar con un descanso óptimo.
Además, según Charlene Gamaldo, directora médica de la Universidad Johns Hopkins, también es posible que durante el sueño se produzcan algunas hormonas como la insulina y la leptina, ambas relacionadas con el metabolismo y pérdida de grasa. Mientras que la falta de un descanso reparador podría aumentar los niveles de cortisol y la hormona del estrés, las cuales aumentan el apetito y nos pueden hacer consumir alimentos poco favorables para la pérdida de peso.