Es cierto que pasados los 30 años nuestro cabello comienza a tener canas y se vuelve cada vez más fino día tras día. Muchas de nosotras tratamos de disimular la edad que se refleja en nuestra piel y en nuestro cabello con cremas faciales y de escote, tintes, cortes de cabello y prendas de ropa.
Hay colores que disminuyen las marcas en la piel y agregan luminosidad a la cara como, el rubio dorado. Este es uno de los primeros tintes que recomiendan los especialistas, ya que este tono representa una gran ventaja al momento de disimular las canas, sin la necesidad de retocar todo el tiempo.
Otro color que puede ir con nosotras pasados los 40 son los colores ceniza. Una mujer con el cabello teñido de color ceniza impone elegancia. Una de sus mayores ventajas es que favorece a la mayoría de las pieles. Si no te sientes cómoda con el rubio este puede ser un color más discreto.
Otra opción de tinte son las mechas o reflejos. Todas las técnicas que parten del contouring también favorecen muchísimo. Y en cuanto a los tonos, los que más rejuvenecen son los reflejos miel, los dorados, los rubios y los castaños cobrizos, ya que dulcifican y quitan dureza a los rasgos.
Recuerda que no es malo tener arrugas o canas, es parte del proceso de la vida. Elije los tintes y el largo de tu melena como te guste más. Disfruta de los años y del proceso de la adultez, que tiene tanto sus cosas positivas como negativas. Es cuestión de ver el lado del vaso que más nos guste.