Seguramente algunas veces te ha pasado que coges un pendiente que te encanta y al momento de probarlo no te queda como lo imaginabas. Esto es algo más que común y es un mal por el que toda mujer ha pasado. El asunto es que no todos los rostros son iguales o tienen la misma forma y es importante distinguir cuales son los más adecuados para nuestro rostro.
Por ello es que muchas veces tenemos que priorizar más la forma del pendiente que el estilo o su aspecto. Existe la posibilidad de que el pendiente no nos guste tanto pero cuando lo ponemos en nuestras orejas quedan mucho mejor y van más con nuestro rostro. El primer paso será identificar cómo es la forma de tu cara para luego ajustar la pendiente más pertinente. Aunque no lo creas existen hasta 9 subtipos de rostro que se irán clasificando en base a las longitudes y anchos de los rostros, es allí donde debemos focalizarnos para elegir el pendiente adecuado.
Un claro ejemplo son los rostros que son anchos a la altura de la frente y los pómulos pero tienen una barbilla extremadamente delgada, en estos casos habrá que usar pendientes anchos y con formas grandes para equilibrar con la zona alta del rostro.
Un rostro que no representa mucho problema y casi todos los pendientes les quedarán bien son los rostros ovalados, frentes redondas más grandes que la barbilla hacen un rostro simétrico donde casi todo quedará bien y podrán ponerse los pendientes que deseen.
Finalmente los rostros muy alargados necesitaran pendientes que sean muy voluminosos y que den más volumen a la zona del rostro para dar esa sensación de rostro ovalado de la que hablábamos anteriormente. Simplemente es cuestión de analizar bien cada tipo de rostro y de ese modo escoger la mejor opción para dar armonía a tu cara.