Escrito en REALEZA el
Carolina de Mónaco y la princesa Charlène quizás sean los miembros más diferentes de cualquier realeza europea. Las dos tuvieron el destino de hacer sus vidas en Mónaco y las elecciones de una de ellas determinaron en parte el presente de la otra. Lo único que tiene en común es que ambas cumplen al pie de la letra el rol de princesa distante y frías en las apariciones públicas.
Y es que la princesa Charlène y Carolina de Mónaco son dos mujeres totalmente opuestas en muchos aspectos que van desde la religión, la moda, sus orígenes, sus actividades y aficiones. Claramente, ambas no podrían ser más diferentes ni si se lo propusieran.
Las 7 diferencias entre Charlène y Carolina de Mónaco
- Llegada al principado: Claramente la llegada de Charlène y Carolina de Mónaco fue totalmente diferente. La primera lo hizo muy discretamente y la segunda siempre estuvo allí por ser parte de la Familia Real.
- Forma de ser: Charlène siempre ha sido descontracturada. La sofisticación nunca fue parte de ella, ni tampoco ha tenido problemas en romper el protocolo, como en su primer discurso oficial, cuando llamó al príncipe Alberto como “el príncipe de mi corazón”. En cambio, Carolína de Mónaco siempre tuvo los modales y perfección de una princesa.
- Matrimonio: se cuenta que Charlène intentó fugarse de su boda con el príncipe Alberto de Mónado. En el caso de Carolina de Mónaco, ella ya ha tenido tres bodas y nunca intentó huir de ninguna.
- Compromisos oficiales: La princesa Charlène ha tenido sus momentos con los compromisos oficiales de su rol y actualmente está al frente de la Fundación Princesa Charlène, que cumple tareas principalmente en África y la Sociedad de Protección de Animales en Peille. Carolina de Mónaco, en tanto, ha hecho y dirigido una cantidad impresionante de asociaciones y de eventos.
- Aficiones: la princesa Charlène invierte mucho en moda y ha tenido como hobbie el hacer ejercicio. Carolina de Mónaco desde muy chica se interesó en la moda y en la cultura, como así también en la literatura.
- Vida social: la princesa Charlène no tiene muchas amistades. Su vida es su familia y sus hijos. En cambio, Carolina de Mónaco tiene un gran mejor amigo que es el diseñador Karl Lagerferd, con el comparte gustos, pasarelas y varias anécdotas.
- Religión: Si bien ambas son católicas, en el caso de Charlène, esta se convirtió para casarse con Alberto de Mónaco, mientras que Carolina siempre lo fue, pero no es lo único que las diferencia. Charlène, por ejemplo, admira al Papa y lo visitó este año, en tanto Carolina de Mónaco está alejada del Vaticano hace tiempo.