Muchos son los años que han pasado desde que lamentablemente Lady Di perdió la vida en aquel accidente automovilístico en París. Desde aquel día el mundo entero no ha logrado olvidarla ya que su legado quedó marcado a fuego para muchas generaciones. Su entrañable personalidad e increíble personalidad nunca pasaron desapercibidas.
Sin duda alguna fue una de las princesas que más se saltó los protocolos y fue completamente transparente tanto para con la familia real como para con la sociedad inglesa. Esa alegre sonrisa siempre marcada en su rostro y las palabras justas simplemente hacían que todos los británicos la amarán con locura.
Pero si hay algo que también caracterizó a la princesa de Gales fue su bondadosa y caritativa alma. Era normal verla ingresar a los sitios de personas más vulnerables con el único afán de ayudar y brindar todos los recursos posibles. Incontables fueron las veces que viajó a países africanos con el fin de ayudar a los más necesitados y aprender sus idiomas.
Hay una habilidad que pinta de cuerpo entero la bondad de Lady Di y era que aprendió a hablar el lenguaje de señas con el fin de poder comunicarse con discapacitados y toda persona que esté limitada a este tipo de lenguaje. Por mucho tiempo se dudó si realmente Lady Di era capaz de utilizar este tipo de lenguaje y finalmente lo pudo constatar al utilizarlo en un certamen deportivo para jóvenes con problemas de audición. Su desempeño fue fantástico por lo que su imagen se acrecentó aún más.
Algo que llama poderosamente la atención es que sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry no sepan ningún lenguaje más allá del inglés que por supuesto es su idioma materno. Cualquiera pensaría que personajes de su envergadura que interactúan con personas del mundo entero ya habrían aprendido un idioma nuevo.