Ser rey o reina del Reino Unido tiene sus ventajas. Así fue en el caso de la Reina Isabel II y lo será en el caso del Rey Carlos III. Ella, durante todo su reinado fue homenajeada con diversos regalos y poseía algunos objetos que a cualquier ciudadano común le encantaría tener, como por ejemplo una máquina muy importante que tenía a su disposición en su casa a cualquier hora del día o de la noche.
Y es que la reina Isabel II poseía muchas cosas. Tenía varias propiedades y algunos objetos insólitos, pero esta máquina resalta porque no se sabe si hay otras personas que posean una en su vivienda. Estamos hablando, nada más y nada menos, que de un cajero automático.
El cajero automático de la Reina Isabel II estaba guardado en el sótano del Palacio de Buckingham y había sido una cortesía del Banco Coutts para la cabeza de la Familia Real Británica. El único tema es que la Reina no manejaba mucho efectivo, ni tampoco tenía tarjeta de crédito así que eso explica que haya estado en el sótano.
Pero esta máquina no era lo único insólito que poseía la Reina Isabel II y que pasa a manos de su hijo, el Rey Carlos III. Son varios los elementos que este heredó tras la muerte de la soberana y sobre qué deberá decidir qué hacer con ellos debido a su rareza. Por ejemplo, los animales.
En este caso no estamos hablando de los perros raza Corgi que hicieron que todo el mundo se preguntara por su destino tras la muerte de la Reina Isabel II. Tampoco de los caballos. En realidad, ella también era propietaria de todos los cisnes mudos de aguas abiertas en Inglaterra y Gales. No solo, también es dueña de todos los delfines, marsopas, ballenas y esturiones que se capturen dentro de las 3 millas de las islas del Reino Unido.
Por último, y acá muchas la vamos a envidiar como en el caso del cajero automático, la Reina Isabel II llegó a poseer más de 200 bolsos del diseñador Launer. Cada uno de ellos, correspondientes a los estilos Royale y Traviata, tienen un costo aproximado de 2.500 libras esterlinas. Por algo eran sus favoritos.