Cuando era una niña, y luego de adolescente, la actual reina de Holanda, Máxima Zorreguieta Cerruti, era una joven práctica e inteligente que simplemente soñaba con formar una excelente carrera profesional en ciencias duras y no se interesaba en lo más mínimo por las princesas, las reinas y todas esas fantasías de Disney.
Pero la vida y el destino le darían un gran vuelco de timón a su rumbo y terminó inmersa en una de las familias reales más prestigiosas del mundo como lo es la de los Países Bajos. Jamás creyó que tendría que aprender todos los protocolos y usos de la realeza, ni tener que vivir una vida de ensueño al lado de un rey.
Antes de todo ello Máxima Zorreguieta Cerruti nació en Argentina, puntualmente en la ciudad de Buenos Aires un 17 de mayo de 1971 inmersa en una coqueta familia que vivía en uno de los barrios más caros, la famosa Recoleta. El dinero nunca le faltó ya que su padre fue secretario de Agricultura y Ganadería lo que la llevó a estudiar en uno de los colegios más caros del país como lo es el Northland School.
Luego realizó la carrera de Economía en la Universidad Católica Argentina donde terminó con honores. Allí se formó específicamente en softwares para los mercados financieros y también era una gran estudiante y profesora de inglés y matemáticas.
Pero su vida cambió completamente cuando conoció al por entonces Príncipe de Holanda, Guillermo Alejandro. Lo curioso es que en una primera instancia le pareció “un poco bobo”. Las cosas quedaron frías y sin rumbo aparente, pero tiempo después volvieron a coincidir en Estados Unidos, puntualmente la ciudad de Nueva York y allí su opinión cambió radicalmente al punto en que se enamoró perdidamente. A partir de allí dejó la vida de los negocios y comenzó la de una verdadera princesa de cuentos de hadas.